05 febrero, 2007



EL AGUA EN NUESTROS PRODUCTOS


El agua es unos de los elementos más comunes en nuestro planeta, ocupando aproximadamente el 70% del mismo, y en la misma proporción forma parte de nuestro organismo.
Desde las épocas más antiguas hasta las más recientes hemos heredado ciertas tradiciones en lo referente al uso de diferentes tipos de agua y sus diversas aplicaciones. A modo de ejemplo podemos mencionar desde el “Agua de lluvia de Mayo” (muy recomendada por las abuelas para lavar los cabellos y otros usos), hasta las procedentes de diferentes fuentes como el “Agua de Lourdes” (con propiedades curativas), sin dejar de mencionar uno de los máximos secretos de los viejos alquimistas encerrado en el “Rocío de Mayo ó Rocío Celeste”, que albergaba en su seno la energía necesaria para la realización de su magna obra.
Hoy en día, y gracias a la ciencia, se conoce mucho más sobre la naturaleza y el modo en que ésta opera, pero con el agua aun queda mucho por descubrir, pues es una de las sustancias químicas que contradice muchas de las condiciones o comportamientos científi­camente esperables. A estas contra­dicciones se las denominan “anomalías” del agua y se han encontrado hasta 38. Para mencionar alguna de estas rarezas, podemos decir que no se sabe porqué la unión de dos gases como el oxígeno (O) y el hidrógeno (H) en las proporciones encontradas en el agua (H2O), no sigue teniendo la naturaleza de gas y en cambio adopta las características del agua, tan diferentes a la de los gases. Otra de estas anomalías es que toda sustancia aumenta su densidad a medida que desciende la temperatura, y esto ocurre en el agua hasta que alcanza los cuatro grados (4º C), pero bajando de esta temperatura la densidad disminuye, por eso el hielo flota en el agua.

Todo esto y más ha llevado a varios científicos de todo el mundo a tratar de encontrar respuestas a estos interrogantes acerca del agua, y entre sus trabajos se encuentran varias teorías, que si bien muchas de ellas no han sido demostradas todavía, dan al tema del agua respuestas por demás interesantes.
Entre ellas encontramos varios trabajos que postulan que el agua es capaz de almacenar y trasmitir información, es decir que su estructura es susceptible de ser modificada de acuer­do al tipo de información que recibe. Esto no quiere decir que la misma deje de ser H2O, sino que las moléculas de agua se agrupan formando estructuras nuevas denominadas “clusters” (raci­mos) y que la geometría y tamaño de estas estructuras dependen del tipo de información recibida. Esto afirmaría el principio homeopático y las altas dilu­ciones, donde el agua retiene la info­r­mación del medicamento por más que no haya ni una molécula del mismo.
Es por esto que, para nosotros, el agua es de vital importancia, no sólo como diluyente de sustancias utilizadas en cosmética, sino que además esté lo suficientemente “sana” y “activa” para poder recibir y trasmitir la información de las propiedades de las plantas que utilizamos.
En Laboratorios Aranela, hemos desarrollado sistemas propios que nos permiten optimizar y potenciar estas propiedades del agua, trabajando desde la unión de la sabiduría antigua y la ciencia moderna.


Laboratorios Aranela

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